La Caña de azúcar es hija también de Cuba

La caña de azúcar, sea originaria de la India, China... o Nueva Guinea, según la última versión histórica de la génesis azucarera que anda corriendo, es hija adoptiva de Cuba y se acunó por siempre en su fértil tierra, donde el preciado cultivo  por siglos la identificó y la reconoce, aunque por suerte no es ya la única fuente de subsistencia económica.


Sin embargo, el científico  cubano, Alvaro Reynoso Valdés, nacido el 4 de noviembre de 1829 en Alquízar, legó a la humanidad todos los conocimientos de su vida acerca de la dulce planta,  a la cual dedicó todo su tiempo, dinero en investigaciones científicas y sabiduría personal.
Se graduó en doctor en Ciencias Físico-Químicas en la Universidad de Paris y a los 33 años de edad escribió : Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar

También incursionó acerca del comportamiento y desarrollo de distintos cultivos: maíz,  tabaco y  café, pero legó al sector azucarero cubano y mundial una herramienta de agronomía universal que enriqueció a colonos y monopolios, pese a que- hace 122 años- murió en la extrema pobreza y no fue hasta el triunfo de la Revolución, cuando su valiosa obra fue verdaderamente valorada y reconocida en toda su magnitud.

Por eso, un día como hoy, aniversario de su natalicio, los agroazucareros cubanos rinden homenaje al precursor nacional de la industria azucarera, con la vigencia de su pensamiento científico en cada surco que se planta de caña, economía que se recupera frente a los  avatares del bloqueo impuesto por los Estados Unidos.

Hoy es Día de la Caña de Azúcar, efemérides dedicada a recordar a quien abonó el suelo con la ciencia y la técnica para plantar la primera yema que multiplicó los plantones del cañaveral cubano.



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