Palo
si boga y palo si no boga, la fábula de Esopo del hombre, su hijo y el burro, ha sido siempre practicada en
los Estados Unidos y en especial en
Miami por los acérrimos enemigos de Cuba, y ahora, en estos días, de unidad
latinoamericana y caribeña, de facilidades migratorias para que los cubanos
viajen a cualquier punto del planeta, levantan las cenizas de un clímax que
siempre ha sido hostil hacia la isla.