¿Cuántas anécdotas de valor, sensibilidad humana, austeridad y ejemplo personal se conocen o pudieran escribirse?
“El Che fue maestro y forjador de hombres como él. Consecuente con sus actos, nunca dejó de hacer lo que predicaba, ni de exigirse así mismo lo que exigía a los demás”, expresó Fidel en una de las tantas referencias que hizo y hace del Guerrillero Heroico.
Y es que su pensamiento político y económico tiene actual vigencia en Cuba y en el mundo.
En marzo de 1960, apenas un año del triunfo de la Revolución, el Che en varias charlas y conferencias impartidas en universidades del país, insistía en la necesidad de formar en esos altos centros docentes y en otras instituciones educacionales técnicos y trabajadores calificados para garantizar la producción agropecuaria e industrial y aseguraba:” …La soberanía política y la independencia económica van unidas… “
Y añadía: “…no lo puede ser cuando simplemente un barco detenido en Estados Unidos hace parar una fábrica en Cuba, cuando simplemente cualquier orden de alguno de los monopolios paraliza aquí un centro de trabajo. Independiente será Cuba cuando desarrollado todos sus medios, todas sus riquezas naturales y cuando haya asegurado mediante tratados, mediante comercio con todo el mundo, que no pueda haber acción unilateral de ninguna potencia extranjera que le impida mantener su ritmo de producción y mantener todas sus fábricas y todo su campo produciendo al máximo posible dentro de la planificación que estamos llevando a cabo”.
Por eso hoy, las advertencias del Che, tras el largo y cruel bloqueo de más de medio siglo impuesto por los Estados Unidos contra Cuba, la desintegración del campo socialista (principal vía comercial del país) y los embates de la crisis global: económica, alimentaria, energética, ecológica, de valores humanos… se avienen al reclamo de Fidel y Raúl, de producir con eficiencia como única alternativa para preservar la seguridad nacional.
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