Cuba: tal como es


El hecho de que delegaciones de Estados Unidos y Cuba se sientan en escenarios propios a negociar las relaciones diplomáticas, con el antecedente de que la administración del presidente Barack Obama reconozca -aún en vida de los principales líderes de la Revolución- que la estrategia de las cañoneras nada pudo contra la resistencia de la mayoría del pueblo cubano, es ya un hito histórico en el prolongado diferendo.

A ese reconocimiento universal de cambio de estrategia USA, tras 11 gobiernos de la Casa Blanca contra Fidel y Raúl Castro Ruz, 56 años después del Primero de Enero de 1959, antecedió la alegría -dentro y fuera de la Isla- del regreso de los antiterroristas Gerardo, Antonio y Ramón, presos en cárceles estadounidenses por luchar contra el terrorismo en la madriguera sede de Miami.
 
Las buenas nuevas y las perspectivas anunciadas por el mandatario Obama; sin embargo, lejos de crear falsas expectativas de que las profundas y complejas diferencias se solucionarán a golpe y plumazos,corrobora la vigencia de los más estudiosos de la historia del imperio y sus pretensiones hacia Cuba, desde José Martí, quien vivió en el monstruo y conoció sus entrañas, el Che Guevara que avizoró: Al imperialismo ni un tantico así, hasta Fidel: No confío en la política de Estados Unidos sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos, y ratifica que la defensa de los principios de la independencia cubana no son negociables.
 
Si como plantea el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, que para restablecer las relaciones diplomáticas y consulares entre ambos países debe prevalecer el respeto mutuo de la igualdad soberana, de derechos y la libre determinación de los pueblos sin intervención en los asuntos internos, entonces lo primero es levantar el bloqueo contra Cuba, eliminarla de la calumniosa lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional y permitirle a la Sección de Intereses de Cuba en Washington las operaciones bancarias negadas casi hace un año.
 
El léxico estadounidense poco ha cambiado en cuanto achacarle a la Isla la falta de derechos humanos y el pluripartidismo, además, del desacuerdo en las relaciones cubanas con otras naciones como Irán, Venezuela, Corea del Norte...y otras, incluso, con las cuales Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas y económicas, hasta Vietnam, en la región del sureste asiático donde salieron derrotados en una cruenta guerra (1959-1975), período en el que perdieron 58 159 hombres con más de 1 700 desaparecidos.
 
Otra divergencia es la ocupación ilegal de la Base Naval de Guantánamo, usada en suelo cubano para almacén de detenidos internacionales a los cuales aplican las más burdas y sofisticadas torturas para extraerles la confesión de terroristas.
 
Pese a la abismal diferencia ideológica y formas de interpretación de los asuntos internos e internacionales, el diálogo abierto a partir del 17 de diciembre, constituye un acercamiento para muchos taimados y para algunos sincero del gobierno de Obama hacia una pequeña Isla que no sucumbió a la guerra fría,al derrumbe del campo socialista, las agresiones de todo tipo ni al genocida bloqueo financiero, comercial y económico que se mantiene intacto en detrimento de hasta los propios ciudadanos estadounidenses.
 
El tiempo, un día tras otro, dirá la última palabra siempre bajo el principio del respeto recíproco y a la americana: dando y dando, para que el discurso vaya a la par de los hechos: sin desconfianza pero con cautela e inteligencia.






















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