¿Dónde está Pantera?

Una Pantera siempre se ve calle República abajo, República arriba, en esa populosa vía residencial y comercial de la ciudad de Camagüey, sin atacar a nadie, con los pies y el torso a la intemperie y el timbre de su altisonante voz nasal, produciendo improperios para aquellos que se meten con él y lo ofenden solo con gritarle: !Agua!.

El cotidiano personaje, ausente de su habitual itenerario República-Francisquito, debe andar por Santiago de Cuba, donde dicen quienes lo conocen mejor, vive su familia.
Lo cierto, es que de pronto desaparece algún tiempo, como ahora, y aparece vestido, recién aseado y con los ojos verdes de felino manso que brillan de felicidad, hasta que al cabo de unos días, vuelve a despojarse de zapatos y camisa, para exhibir su piel bronceada, oriental.


Pantera, como alguien lo bautizó, quizá por cierta semejanza con el artista cómico -también nagüito-, es querido en casi todas las partes que recorre en busca de la subsistencia ocasional: Aquí le brindan un pan con algo, allá un refresco, un plato con almuerzo o comida, según la hora de recorrido... pero él calladamente agradece, hasta que algún pasante lo provoca con la insinuación del imprescindible H2O, que lo hace reaccionar de inmediato y ripostar con una ensarta de palabrotas.

Sin embargo, en estos días de abril se extraña Pantera en medio del habitual bullicio de esta vía de singulares personajes que, como él, forman parte de este folclor social de iguales y diferentes habitantes del Legendario Camagüey.

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