Islita gigante

Por disímiles vías satelital, DVD, memoria flash…entraron a Cuba Pequeños Gigantes,  producción de Televisa presentada por UniVisión, en la cual 28 niños artistas mejicanos actúan para  adultos por un premio final de 2 000 000 de pesos nacionales, repartidos entre los últimos cuatro vencedores.

En el casting para canto, baile y carisma, participaron más de 27 000 mejicanitos, cuyos padres pudieron costearles el viaje y estancia, muchos de ellos, como Miguel Ángel, de pobre procedencia, cantó en parques y plazas y con el dinero recogido, asistió a la inusual oportunidad de su vida.

No todos pudieron llegar a tiempo a la soñada audición y miles tuvieron que regresar a sus lejanos estados con el corazón lastimado y las esperanzas destrozadas, pero los 28 escogidos tuvieron entre sí 17 semanas de férrea competencia.

El programa provocó muchas lágrimas de su animadora principal Galilea Montijo, del jurado, el público asistente y de los teleespectadores, no solo por las actuaciones in crescendo de los pequeños gigantes, sino de la sutil manipulación de los sentimientos humanos relacionados con conflictos familiares como los de Magaby y su fallecida hermana, la enfermedad de Hiroshi, de Miguel Ángel y su pobreza extrema, que en subasta de caridad pública fueron recompensados, de algún modo, por la Producción Televisa.

Un capítulo conmovedor, fue el de la pequeñita Grecia, quien padece de artritis reumatoidea y en los fugaces finales de la competencia, aparece una institución pediátrica que se ofrece públicamente a costear el tratamiento médico, inalcanzable hasta ese momento para sus padres…y junto al llanto  de la niña en pantalla, se estremecieron de emoción presentes y televidentes de Méjico, un país de grandes riquezas naturales, a pesar del despojo de gran parte de su territorio por los Estados Unidos.

Pequeños Gigantes, de principio a fin, trató de respetar la identidad nacional y rescató de la idiosincrasia musical lo más autóctono en contrapunteo con el invariable Rock and Roll extranjerizante.

¿Por qué todos los niños que se presentaron al casting, los que no pudieron costearse el viaje, los que poseen inquietudes artísticas o necesitan atención médica o quienes quieren estudiar en ese querido país hermano, no tienen las mismas oportunidades?  México, es miembro del Tratado de Libre Comercio (TLC) junto a Estados Unidos y Canadá.

Aunque es obvia la respuesta, la independencia económica y voluntad política de los gobiernos deciden el presente y futuro de cualquier nación.
En Cuba, Isla de escasos recursos naturales, el 18,2 % de la población total de 11 242 621 habitantes son niños y adolescentes entre cero y 14 años de edad y todos, reciben gratis atención médica pre y postnatal , incluidas, 13 vacunas contra enfermedades evitables como la poliomielitis, flagelo universal.

El Estado Cubano, garantiza a niños, adolescentes y jóvenes estudios gratuitos desde preescolar hasta la enseñanza universitaria, pero en todas las provincias  cubanas hay escuelas de música,  ballet, artes plásticas, instructores de arte… y centros de desarrollo deportivo con las puertas abiertas para los niños interesados sin distingo social, creencias religiosas ni color de la piel.

Antes de 1959 -es verdad-, valiosos músicos y artistas que sobresalieron tras el triunfo de la Revolución, tocaban, cantaban y bailaban por las calles, plazas, parques, bares… actuaban subidos en los ómnibus en marcha y después de recoger algunas monedas en gorras y sombreros se tiraban andando para tomar el próximo escenario rodante.

La colecta pública en la Cuba de entonces, era tablita “salvadora” para prolongar una vida, no morir de hambre ese día, realizar un viaje de esperanza: por eso, desde mi Isla, Pequeña Gigante, sentí admiración, dolor y tristeza por la lidia fraternal de los Pequeños Gigantes, y rabia por ese sistema depredador de valores, donde todas las oportunidades tienen un precio en metálico y las esperanzas de los pobres la fabrican los ricos a su imagen y semejanza.


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