Ellos lo dicen, New Herald lo publica



Hace exactamente 50 años que las verdades de Cuba acerca de la participación directa de los Estados Unidos y la Central de Inteligencia Americana (CIA), fueron rotundamente negadas por el presidente Jhon F. Kennedy y las sucesivas administraciones de la Casa Blanca y silenciada en los poderosos medios de prensa, que inventaron inverosímiles “hechos” noticiosos para confundir al mundo de todo lo contrario.
Hoy veteranos de la triste célebre Brigada 2506 de Bahía de Cochinos, testimonian con pesar pasajes “heroicos de aquellas sangrienta batalla” en el New Herald, que según narran, no ganaron porque se les acabaron las municiones y ni Kennedy ni la CIA se las enviaron como habían prometido.

La brigada no se rindió, se quedó sin munición”, dijo Julio González Rebull, entonces de 24 años y ahora publicista semiretirado de Miami en una de las entrevistas que The Miami Herald y El Nuevo Herald hicieron a varios veteranos de la brigada: “Estados Unidos nos entrenó y después nos abandonó”

Sin embargo, en el lead se condensa la realidad no explicada: El jefe de la invasión de Bahía de Cochinos, José Pérez San Román, se arrodilló y besó la arena con alegría cuando desembarcó en Playa Girón, en la costa sur de Cuba. Dos días después, sus 1,500 hombres habían sido derrotados.

Quizás los brigadistas no mencionen las también célebres frases de los mercenarios que se entregaron en masas: “ A mí me embarcaron: yo vine de cocinero…Yo soy el capellán que venía a bendecir la “libertad de Cuba”

Lo cierto que muchos vinieron engañados, los incomunicaron con sus familias en Cuba antes y durante la preparación bélica, para hacerles creer que los recibirían con vítores pues ellos entrarían a La Habana como libertadores, sin tirar un tiro.

Tal vez, los desinformaron con eso de que los aviones pintados con insignias y banderas cubanas que bombardearon la víspera los aeropuertos cubanos y después las columnas rebelde-milicianas que los derrotaron en 65 horas y media, eran pilotos desertores de las Fuerza Aérea Cubana como los grandes medios de comunicación intentaron confundir al resto del planeta.

¿Cómo explicar entonces que una pequeña agrupación de milicianos obreros y campesinos, jóvenes rebeldes, niños adolescentes artilleros, contuvieran el avance de tamaña fuerza militar entrenada y pertrechada con el mejor armamento USA de la época.

Después, lo que sucedió se explica fácilmente: el pueblo uniformado salió a defender su libertad y ni con todas las municiones del planeta ni todos los mercenarios a resguardo en Miami, habrían podido avanzar un palmo más en las hostiles ciénagas de Zapata, donde por primera vez en la historia de Cuba, los olvidados carboneros tuvieron zapaticos blancos para sus hijos, hogar, trabajo decoroso, escuelas y atención médica gratis.

San Román, era el “jefe” enlace de la CIA, por eso no desembarcó primero, pero tendría que enterarse que la poderosa fuerza que entró pegada a los cinco hombres ranas y el oficial de la CIA, Grayston Lynch, guías del desembarco, si supieron de inmediato por las voces y los tiros de los milicianos del Batallón 339 que la cosa no era así de fácil como les contaron, sino de ¡Patria o Muerte!

La otra retórica es pura nostalgia que se agranda, y complace a viejos lobos con alhzeimer de la Brigada 2506 tiradores de ráfagas a diestra y siniestra para ganar, al menos, una victoria pírrica para la nueva historia de seriales especiales sobre la Sangrienta Batalla de Bahía de Cochinos, evitando mencionar en ellos el inolvidable vocablo Playa Girón.


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