El
periodista no es un extraterrestre: Es un ser nacido y desarrollado en alguna
parte del planeta tierra, cultivado quizá en la rica fertilidad de la
renombrada universidad Harvad donde estudió Franklin Roosevelt, presidente de
los Estados Unidos o Mark Zuckerberg, creador de Facebook; en Oxford, París,
Barcelona…en la
Universidad de la
Habana de Julio Antonio Mella, Jorge Mañach… y Fidel Castro,
hasta aquellos que, latiéndole la vocación cada minuto como Radio Reloj, se forjaron ases de la
noticia en la universidad de la calle.
La
Revolución, con
R mayúscula, aunque algunos prefieren minimizarla para buscarle su acepción general de cambio constante lo que está mal y lo anda bien para ellos, abrió a todo el mundo las puertas de las tres
universidades del país y fundó muchas más en cada provincia para que cualquiera, con dinero y sin dinero, estudiara lo que quisiera… también la Licenciatura de
Periodismol.
El
periodista no es un extraterrestre, mas, es un ente especial: inconforme, sincero,
voluntarioso, temerario, valiente… y sobre todo las cosas, defensor de lo que
cree y ama.
Escribe
para los suyos donde trabaje así esté metido en las mismísimas entrañas del
peligro adversario y siempre llenará cuartillas parado en la objetividad de sus
letras, en la veracidad de los argumentos que transmite y defiende a capa y
espada, con criterio propio, bien pensado, amasado con sus vivencias y el sentir de sus lectores y asume partido por sus actos de intelectual
honesto, postura que en muchos países del mundo constituyen “razones” para que sean agredidos, asesinados y desaparecidos.
La
mentira en blanco y negro, los párrafos cargados solo de críticas vehementes,
sin una pizca de la realidad circundante
de la cual ese periodista forma parte, incluso, a la que debe su formación y el
privilegio de ser comunicador desde esta respetada Isla del Caribe, no tiene
nada que ver con el periodista de marras de las líneas precedentes, y sí
bastante parecido a esos que se autodenominan periodistas y vendieron sus
tergiversados titulares y
sensacionalistas leads para
falsear la verdadera causa de Gerardo, Ramón, Fernando, Antonio y René,
encarcelados con ensañamiento en severos establecimiento penitenciarios de los
Estados Unidos.
Otro
ejemplo reciente, es el de los periodistas
sobornados en Venezuela , Miami, España…donde
publicaron y replicaron acerca del “fraude” del presidente Nicolás Maduro, con
idéntico guión elaborado por la Casa Blanca,
repetido por los opositores de la Revolución Bolivariana
y puesto al desnudo su original por Jhon
Ferry, cuando pidió la revisión del voto a voto, algo que Bush ni Obama lo
hubieran aceptado ni la
Constitución de EE.UU lo permite; sin embargo, de la
violencia, crímenes de Capriles y su grupo terrorista, indudablemente dirigido
por la CIA, nada sacaron en los despachos noticiosos de
los grandes medios capitalistas.
El
Periodista responde al sistema al cual se afilia y desde su verdad echa rodilla
en tierra por ella y, por supuesto enfrenta las consecuencias con el pecho
descubierto. Lo que no entiendo es la metamorfosis: cómo algunos periodistas que nunca han sufrido el rigor de esta vida
profesional consagrada totalmente al
dios crono, y se quejan de todo, pueden escribir hacia adentro de Cuba con “sentimiento
martiano coherente”, con los pies sobre el suelo que pisan y nacieron, mientras
en las redes sociales, blogs, sus post destilan rabia, impotencia, ignorancia de sus
raíces históricas o ingratitud solapada; anhelan la no comprometida simbiosis del
consumismo capitalista y las gratuidades, la seguridad y las bondades del
socialismo sin el mínimo agradecimiento ni respeto a sus ancestros.
Esos,
los que quieren cambiarlo todo y rápido, con frases prostituidas o nuevas
palabritas entrelazadas, los que copian y pegan post allende al mar y no hacen,
como sí muchísimos jóvenes cubanos, su propia historia para ganarse el derecho de merecer
y pedir después, y en cambio exigen tolerancia para que nadie los llame a capítulo ni lo
regañen conscientes de sus actos “ingenuos”, premeditados y articulados (I)
(II) (III)…; cuando desbarran de su Patria, obvian su rica historia y las grandes y tantas
proezas de casi niños y jóvenes que
defendieron con sus vidas en Playa Girón aquel futuro, este presente, frente al
mismo imperio que sin tirar un tiro, le
incita ahora a olvidarlo, a borrar la
historia por una PC, un celular, un auto,
una buena cámara digital… y cualquier cantidad de dinero para viajar y
compartir amigablemente la cacareada diversidad apolítica racial, de género,
credo… y democracia que, según los susodichos periodistas, existe en todas las
partes del mundo menos en Cuba.
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