Palo
si boga y palo si no boga, la fábula de Esopo del hombre, su hijo y el burro, ha sido siempre practicada en
los Estados Unidos y en especial en
Miami por los acérrimos enemigos de Cuba, y ahora, en estos días, de unidad
latinoamericana y caribeña, de facilidades migratorias para que los cubanos
viajen a cualquier punto del planeta, levantan las cenizas de un clímax que
siempre ha sido hostil hacia la isla.
La
secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuyo gobierno no reconoce los cambios
socio-económicos democráticos ocurridos en Venezuela, Bolivia, Nicaragua,
Ecuador, Argentina, Brasil…acaba de
manifestar “que hay grandes razones para ser muy optimista sobre la
institucionalización de la democracia en América Latina”, pero lamentó que, “desafortunadamente aún tenemos una
dictadura en Cuba, la cual esperamos que cambie pronto”.
Es
el mismo lenguaje obcecado de más de 10 administraciones de la
Casa Blanca que, lejos de buscar un acercamiento
al diálogo con el levantamiento incondicional de la base de marines en
Guantánamo, impuesta contra la voluntad del país caribeño, la convierte en una
cárcel internacional de torturas, incluso, a detenidos secuestrados en otros
continentes del orbe que todavía no han sido procesados judicialmente. Tampoco
ha variado la política de asfixiar al pueblo antillano, mediante un cerco y
acoso económico, financiero y comercial que impone a otras naciones libres, con
penalizaciones exorbitantes.
Es
difícil comprender entonces, las últimas declaraciones de la Clinton que se apartan de
una realidad inobjetable, discrepante con la actual política estadounidense
para América Latina, y el Caribe. Quizá, el equipo médico que la atendió por el
fortísimo golpe que sufrió la secretaria en la cabeza, entienda mejor la
reacción furibunda hacia una fruta distante de ponerse madura, por lo verde y
rebelde de su historia Patria.
Mientras,
el águila vestida de mujer, sobrevuela los Andes y el Caribe con la vista
nublada, el mejor reflejo natural distintivo de esa ave de “rapiña”.
Otra
“admiradora” de Hillary, la congresista
Ileana Ros-Lehtinen, desde la sede de la contrarrevolución cubana y
latinoamericana, se muestra ofendida por los cambios migratorios vigentes en
Cuba e insiste en todas las tribunas de la cámara y de las reuniones de los
“guerreros” como el terrorista Luis Posada Carriles, en que hay que cambiar
cuanto antes el Plan de Ajuste Cubano: ¿Por qué?
“No
se puede afirmar que uno podría ser perseguido por razones políticas en Cuba y,
al mismo tiempo, regresar de visita", dijo
donde antes dijo Diego, contradiciendo las cansadas opiniones de cubanos
que se vieron obligados a jugarse la vida en balsas porque en la Oficina de Intereses donde
se prometieron 20 000 visas anuales para viajar a los Estados Unidos, solo se
autorizaban algunas pocas para propiciar el caos en la Isla, el malestar de los
emigrantes que, en su inmensa mayoría, no huían del régimen como ella misma
decía, sino que salían, como ocurre en
todos los países pobres del mundo, para mejorar económicamente sus vidas y las
de sus familias que dejaban detrás bajo las escaseces y penurias del bloqueo USA.
Ella,
sabe muy bien y de muy cerca, que los verdaderos enemigos de la Revolución o salieron
huyendo con los bolsillos llenos tras la caída del dictador Fulgencio Batista,
el 31 de diciembre de 1958 cuando él y sus secuaces pusieron pie en polvorosa
ante la cercanía del Ejército Rebelde, o se marcharon inmediatamente después
del Primero de Enero de 1959.
Sin
embargo, la obstinada y furiosa loba que casi se come al niño Leían, ahora pide
disidentes y contrarrevolucionarios a la fuerza, cuando manifiesta que está a
favor de un cambio en la Ley
de Ajuste Cubano "para que aquellos
que usan este beneficio singular y único que es solo para nacionales cubanos,
no puedan regresar de visita a Cuba".
Una
ingenua historia para una nueva fábula de Esopo que pudiera titularse: Una loba
que le aúlla a las encrespadas olas del estrecho de la Florida.
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