Según
el New Herald el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos apretó
las clavijas de las restricciones de las visitas pueblo a pueblo a Cuba…
¿Cuál es el miedo? Para los que viven engañados por los repetitivos
grandes medios al servicio de la información manipulada, no es otra cosa
que el temor a que se conozca la verdad de la Isla.
A que los estadounidenses libres y democráticos vean con sus ojos,
oigan y toquen con manos propias, la realidad de un pequeño país, que
casi surgió bloqueado, y a pesar de ese acoso totalitario se mantiene, y
no del aire precisamente.
Aquí la gente ha tenido que aplicar
alternativas para resistir y no atrofiar ni el cuerpo ni el intelecto
frente al intenso gardeo de más de 10 administraciones de la Casa
Blanca, hostiles a Cuba, que no tiene base militar alguna en el vasto
territorio de EE.UU., como este sí la tiene aquí, en Guantánamo, pedazo
de suelo ocupado contra la voluntad nacional, y convertido en centro
universal de torturas.
Su cierre fue prometido y olvidado por
Obama, Premio Nobel de la Paz y jefe presidencial de las guerras en Iraq
y Afganistán, Siria, Irán, entre otras igualmente injustas y cruentas.
Cuba
no dispone de armas nucleares ni de grandes yacimientos de petróleo, ni
siquiera su posición geográfica resulta estratégica para amenazar a
ningún gobierno ni “almacenar” marines, portaaviones, drones, ojivas
atómicas… por lo lejos que está de Europa Oriental, China, Medio Oriente
y África.
Sin embargo, es un valladar para combatir el
narcotráfico que, desde distintos punto de América Latina y el Caribe,
cruza cerca de las aguas nacionales rumbo al principal mercado de drogas
del mundo: Estados Unidos.
Esta Isla tampoco alberga un pedazo
de rabia reprimida, como es Miami, ni desde aquí se tiran flechas y
lanzas Pieles Rojas de los aborígenes norteamericanos desplazados de sus
territorios a las improductivas reservaciones; ni salen en
manifestación los indignados de Ocuppy Wall Street para pedir lo más
esencial en materia de derechos humanos: trabajo, educación y seguro
médico.
Los estadounidenses que vengan en vuelos de amistad
encontrarán en Cuba gente hospitalaria, llana y sencilla, y siempre
solidaria hacia los que pisen esta bella tierra en son de paz que, aun
en medio del brutal hostigamiento imperial, se levanta, avanza y trabaja
para que su gente y su historia nunca desaparezcan, aunque sus ideas y
sus logros socialistas constituyan granitos de arena molestos en la
bota Imperial, que jamás podrá pisar ni una pulgada de este pacífico
suelo.
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